Una pregunta de rigor dentro de cualquier entrevista de trabajo es sobre si uno se siente cómodo trabajando en equipo. La respuesta obvia de la mayor parte de las personas que sí, uno se siente muy bien trabajando en equipo.
Durante muchos años el concepto de trabajar en equipo a llevado a las organizaciones a fomentar este método de trabajo para alcanzar mayores niveles de calidad y eficiencia, bajo el simple de que muchas cabezas piensan mejor que una. Esto es verdad hasta cierta parte. Trabajar en equipo fomentar la interacción entre las personas, dándonos la oportunidad de poder recoger ideas que tal vez en un escenario solitario no seríamos capaces de generar. Pero por otro lado, también fomenta mucho la burocracia, generando reuniones para todo y nada, porque para poder trabajar en equipo tiene que haber necesariamente una reunión de personas.
Primero punto en contra, toma tiempo reunir a todas las personas del “equipo”, segundo, toma tiempo hacer que todos entren en el mismo ritmo de trabajo, no vaya a ser que por culpa de uno se retrasen todas las actividades, y tercero, toma más tiempo aún tomar una decisión en conjunto.
Es cierto que muchas actividades merecen ser realizadas bajo un trabajo en equipo, pero es más cierto aún que hay muchas también que no lo merecen, las cuales podrían ser ejecutadas de una manera mucho más rápida y eficiente si se asignara a solamente una persona.
Es la obligación de cada jefe/gerente saber distinguir entre las tareas que deben ser asignadas a un equipo y las que deben ser encargas a una persona.
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