domingo, junio 26, 2005

Batman Begins

El anterior fin de semana fui a ver Batman Begins, y les puedo decir sencillamente que me gustó mucho. Pienso que es la mejor película de superhéroes que se haya hecho hasta el momento, o por lo menos que yo haya visto. La diferencia de esta película con cualquier otra es que aquí se nos presenta a Batman tal como es, es decir, un ser humano común y corriente, con todos los miedos y fobias que podamos tener, un tipo vengativo y desesperado, desorientado y con motivado más por el recuerdo de sus padres que por una conciencia de justicia. La única diferencia entre Bruce Wayne y cualquier de nosotros es que es multimillonario. Lo único que le podría criticar a esta película es el beso que se da con su contraparte fememina al final de la misma, sentí que no había un sustento en la historia que justifique ese beso, pero fuera de eso la película es muy buena. Una de mis favoritas este año. Adicional a esto, les pongo un artículo también sobre Batman que me pareció muy interesante.



Santos fracasos, Batman


Por Fernando Ariel García

Si algunos se quejan de que en Batman inicia, la película de Christopher “Memento” Nolan, Bruno Díaz no se calza el disfraz de murciélago hasta pasada la primera hora, qué dirían si se hubiese concretado el proyecto original, en la que el Detective Encapotado no lucía el modelito... en toda la película.

La historia de la película que podría haber sido comienza en 1997, cuando los resultados obtenidos por el film Batman y Robin (protagonizado por George Clooney y Arnold Schwarzenegger) estuvieron muy por debajo de lo esperado por los directivos de la Warner. Tanto, que decidieron cajonear todos los proyectos superheroicos destinados a la pantalla grande y, en el mejor de los casos, reacondicionarlos como series televisivas con las cuales alimentar la grilla de su canal de cable.

Así nació Smallville (estrenada en el 2001), dedicada a contar los años adolescentes de Superman. Inesperadamente, el programa se transformó en un éxito de crítica y público, sobre todo entre la franja adolescente que seguía Dawson’s Creek y Buffy. Con ese mismo molde decidieron encarar la reconstrucción del Hombre Murciélago. Y quién mejor para contar esa experiencia formativa que el hombre que ya lo había hecho (y muy bien) en el comic: Frank Miller.

La idea, según declaró Miller, era enfocarse en un relato policial estilo Taxi Driver o Contacto en Francia, con altas dosis de violencia y un realismo sucio similar al del cine urbano norteamericano de los ‘70. La única condición era que Batman no podía aparecer como Batman durante toda la película: si, en Smallville, Clark Kent sostenía una hora semanal sin ponerse la capa, Bruno Díaz tendría que aguantarse algo más de 120 minutos sin capucha ni Batimóvil ni Baticueva.

En el camino, la Warner volvió a hablar de cine y presupuestos abultados con la idea de recuperar el terreno perdido ante el fenómeno de los X-Men. Para eso puso detrás de cámara a Darren Aronofsky, director de Pi y Réquiem por un sueño. Al igual que en el comic, el film seguiría el primer año de Bruno Díaz tras su regreso a Ciudad Gótica, el inicio de su amistad con el teniente James Gordon (próximo comisionado de policía) y una compleja relación sentimental con Selina Kyle (Gatúbela), prostituta que roba o ladrona que hace la calle. A diferencia de la historieta, lo más parecido a una capucha que se permite vestir Batman es un pasamontañas tras el cual esconde los rasgos de su cara. Campera, pantalón y botas de cuero negro completan su “uniforme”. De Alfred, el mayordomo, ni noticias. Recién al final Bruno Díaz recuperaba su fortuna y dedicaba a construir traje, Batimóvil y toda la aparatología ultratecnificada de la Baticueva.

Pero, a pesar de responder a sus requerimientos explícitos, la Warner nunca aprobó el guión de Batman Year One, que fue dado de baja en el 2002. Se pensó en una serie televisiva sobre los viajes de Bruno Díaz alrededor del mundo, mientras se iba preparando física y mentalmente para asumir el rol de su vida. Pero no prosperó. Se habló de incorporarlo en un capítulo doble de Smallville, para revelar el primer encuentro de los dos iconos. Tampoco prosperó. Se sondeó a Clint Eastwood para que dirigiera y encarnara a un Batman setentón perdido en Tokio, y tampoco. Se anunció el rodaje de Superman versus Batman un día antes de cancelar el proyecto. Hasta se especuló con una versión del dibujo animado Batman del futuro, protagonizado por un anciano Bruno Díaz que entrena a un nuevo Hombre Murciélago, dupla que caería en los hombros de Paul Newman y Keanu Reeves. Pero tampoco prosperó. Cuando todo parecía perdido, Christopher Nolan tomó las riendas de Batman inicia, encargando al guionista de historietas David Goyer una relectura del origen del superhéroe, sumándole a la historia de Miller diversas instancias tomadas directamente de otros comics del encapotado. El resultado, por ahora, deja contentos a los fanáticos y a los neófitos, a los críticos y a los accionistas. Frank Miller, mientras tanto, se juntó con Robert Rodriguez y Quentin Tarantino para filmar La ciudad del pecado (Sin City), traspaso literal de su propio comic que cuenta con Bruce Willis, Mickey Rourke y Benicio del Toro entre sus protagonistas.

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