Un tema que creo no haber tocado nunca en este blog ha sido la política, y no porque no me parezca interesante, sino porque no era el perfil que quería darle al blog. Pero los últimos sucesos que están ocurriendo en Bolivia me obligan a emitir algunas opiniones.
Ha sido impresionante la cantidad de políticos que se han pasado de un partido a otro, cometiendo lo que todos conocemos como transfugio. Aunque esto ha sido normal en casi todos nuestros procesos electorales, lo que pasó el día Lunes no tiene rango de comparación.
Sinceramente sentí vergüenza al ver la gran cantidad de candidatos a los que no les tembló la mano a la hora de pasarse al otro bando. De todos los casos el que más desprecio me ha generado es el de Ernesto Justiniano del MIR. Este “tipo”, porque no merece ser calificado con otros términos, con una actitud hipócrita y traicionera, se inscribió como cantidad uninominal con UN después de haber dicho que iba como cantidad con el MIR. A “Ernestito” se lo pudo ver claramente en la proclamación de Hormando Vaca Díez como candidato a la presidencia en días pasados, y cuando vio que las papas quemaban no dudo en pasarse a las filas de Tuto Quiroga. Este fue un acto totalmente asqueroso y digno de gente que no vale nada. Ernesto Justiniano se olvidó de todo el apoyo que recibió de Hormando Vaca Díez cuando entro a la política siendo “nadie”. Así es la política, cuando menos lo esperas alguien te clava un puñal por la espalda.
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